Hace unos días, revisábamos unas estadísticas que bajamos de la excelente página web del INE (Instituto Nacional de Estadísticas). Se refiere a cuatro causas de muerte de los uruguayos y abarca un período de más de un siglo: desde el año 1900 hasta el 2002.
Vean que interesante:
En el 1900 la tasa de mortalidad por problemas cardiovasculares era de 145 cada 100.000 habitantes, por cáncer 54 cada 100.000 habitantes, por tuberculosis 100 de cada 100.000 habitantes y por accidentes 64 de cada 100.000 habitantes.
Un rápido análisis de estos datos nos pone de manifiesto lo terrible que resultaba en ese entonces la tuberculosis y la tremenda mortalidad que causaba, pero… veamos un poco más en profundidad: morían más por problemas cardiovasculares que por tuberculosis y además moría casi tanta gente por cáncer que por accidentes.
Y ¿cómo habrá evolucionado esto?. Las tasas de muerte cada 100.000 habitantes en 1925 eran de 137 para las cardiovasculares,71 para el cáncer, 132 para la tuberculosis y 46 para los accidentes. La tuberculosis por esta época mataba casi tanta gente como los problemas cardiovasculares, pero la mortalidad por accidentes había bajado respecto a 25 años antes.
En 1950, las tasas eran de 221 para las enfermedades cardiovasculares, 151 para el cáncer, 59 para la tuberculosis y 47 los accidentes. ¿Qué panorama distinto, no? Ahora la principal causa de muerte son las enfermedades cardiovasculares y los accidentes matan a casi tanta gente como la tuberculosis.
¿Y hoy? La tasa de mortalidad cada 100.000 habitantes para las enfermedades cardiovasculares es de 309, para el cáncer es 230, para la tuberculosis es 1 y para los accidentes es de 33.
Y ¿a que viene todo esto? Escapa a los propósitos de este artículo y a nuestros conocimientos un análisis detallado de las causas que han privilegiado unas causas de muerte sobre otras, pero sí nos permitiremos hacer algunas reflexiones.
Una severísima enfermedad infecto-contagiosa que hace apenas unas décadas atrás mataba a 100 de cada 100.000 uruguayos ha podido ser derrotada por el avance de la medicina y otras ciencias. Sin embargo, aún hoy, 33 de cada 100.000 uruguayos mueren por accidentes (causa que es, además, la que mata más gente joven). ¿Por qué, siendo algo que no es tan difícil prevenir?. Las enfermedades cardiovasculares, ¡más de 300 de cada 100.000 uruguayos mueren por esta causa!. Enfermedades que también se pueden prevenir y que, aún desarrollándolas, con un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado no deberían ocasionar tantas muertes. Lo mismo el cáncer. Muchas formas de cáncer se pueden prevenir, en particular aquellas más frecuentes entre la población del Uruguay, y muchas otras son curables, si se hace un diagnóstico precoz.
Por eso lo del título: Querámonos, Cuidémonos. No es tan difícil. Sólo hace falta tener una cultura de salud. Todos nosotros estamos preparados para enfrentar la enfermedad. Sabemos que si nos sentimos mal, debemos llamar al médico, probablemente nos habremos afiliado a una emergencia móvil por si sufrimos un evento de salud de mayores proporciones pero ¿Quién nos ha enseñado a conservar la salud? y, si nos han enseñado ¿Quién lo practica?, y lo que no se practica, se olvida. Y la salud es nuestro gran olvido. Sólo nos acordamos de ella cuando la perdemos. A veces, hasta ponemos el argumento de “… cómo voy a cuidar mi salud, si no tengo plata …”. ¿Realmente han pensado en eso? ¿De verdad?, porque, si lo han hecho, debieran haberse dado cuenta de que es mucho más caro estar enfermo que mantenerse en salud.
Lo que ocurre es que a veces imputamos este gasto a los medicamentos que debemos consumir para tratar las enfermedades que no supimos evitar (la pastilla para “la presión”, las pastillas “para el colesterol”, los medicamentos “para el corazón”, el “aparatito para los bronquios”) y tratar de recuperar la salud perdida (generalmente en forma parcial). No son gastos en salud, son gastos en enfermedad.
Muchas medidas para mantener la salud son total y absolutamente gratuitas: caminar, cuidar el stress, no abusar de las grasas, no tomar sol sin protección, querer y ser querido, disfrutar del aire libre cuando se puede, no fumar, respetar las normas para prevenir los accidentes, y tantas y tantas otras.
Quien diga que el el 2025 podamos “dar vuelta” las estadísticas …
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